Por Camilo Villamizar Plazas
Me permito utilizar el espacio de este blog, que pese a su intermitencia ha procurado concentrar sus esfuerzos críticos en leer y dialogar con el cine latinoamericano, para expresar una voz de apoyo al gremio audiovisual argentino en medio de su actual disputa, así como para instigar al sector cinematográfico colombiano a expresar, de forma vocal y tajante, su apoyo a las luchas que se están llevando a cabo actualmente en el país del cono sur.
Escribo esto, primeramente, con el propósito de poner a disposición de los lectores tres materiales que me parecen fundamentales para entender lo que está sucediendo en Argentina. El primero es un vídeo que explica cómo funciona el modelo de fomento cinematográfico de ese país:
El segundo es un texto de Diego Batlle en el cual se explican mejor las raíces e implicaciones políticas que de lo que sucede y, finalmente, un texto de Nicolás Prividera en el que se amplía el tema de las negativas repercusiones que todo esto ha tenido para la que quizás es la más inocente víctima de todo, la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC) .