jueves, 28 de mayo de 2015

Entrevista con Franco Lolli

Aquí presentamos una entrevista realizada por el colectivo audiovisual El perro que ladra al director colombiano Franco Lolli con motivo del estreno de su primer largometraje titulado Gente de bien en Francia. La entrevista fue transcrita y traducida por Andrés Jiménez Suarez. Encuentre al final el vídeo de la entrevista original en francés.


Sobre cómo se define como cineasta

Es difícil definirme como cineasta porque eso engloba muchas otras cosas. Pero yo diría que, la primera cosa que se me viene a la cabeza, es que soy un cineasta de la intuición y del amor, si se puede decir. En cualquier caso, sé que filmo cosas que me interesan profundamente, con las cuales tengo una relación muy personal y que me conmueven de manera íntima. Así que podría ser, sobre todo, un cineasta de la autobiografía; más de los que cuentan la vida que conocen, que han visto, que uno interesado en la estética o en la narración.

Sobre sus referentes y Gente de bien

Me inspiro más en la vida que en el cine. Soy cinéfilo y tengo referentes como todo el mundo, pero me inspiro realmente en lo que me pasa, lo que veo en la calle. Todas mis películas giran en torno al tema de la familia y pienso que mi familia es lo que más me interesa. Y Gente de bien es también una película que trata este tema, pero también habla de la paternidad y de la relación padre-hijo. Narra el encuentro entre un padre y su hijo que no se han visto después de un largo tiempo; un niño de diez años y su padre que tienen problemas económicos y que de la noche a la mañana deben vivir juntos nuevamente. Como no se conocen bien y no saben cómo hacerlo, la mujer para la que trabaja el padre, interpretada por Alejandra Borrero, toma al niño bajo su cuidado, intenta ayudarlo hasta al punto de querer adoptarlo, pero esto trae consecuencias complicadas para todos.


Sobre el hecho de retratar las clases sociales colombianas

Decidí contar una clase social que no es la mía y que no conozco muy bien, pero la inserté en una clase que conozco mejor, cuyas situaciones conozco mejor y de pronto fue eso lo que me permitió tener una base sobre la cual poder trabajar.

Pienso que las clases sociales en Colombia me interesan porque están presentes todo el tiempo. La relación entre las diferentes clases, las dificultades que surgen entre ellas, me parece que son extremadamente violentas, extremadamente marcadas, así que para mí es difícil no hacer una película que hable de eso de una u otra manera, de forma más o menos directa. Creo que mi interés radica en el hecho de haber nacido en una familia de clase alta y el que mi madre se haya quedado sin trabajo durante mucho tiempo, por lo cual no teníamos dinero pero teníamos que seguir perteneciendo a esta clase pudiente. Enseguida empecé a sentir como que pertenecía a otra clase social, lo cual no era realmente cierto. Igual, empezaron a surgir estos sentimientos y ya mi cortometraje Como todo el mundo (2007) contaba justamente esa historia, la historia de un adolescente rico que no tiene tanto dinero como sus amigos, y ahora en Gente de bien, los sentimientos de este niño pobre en medio de gente con dinero. Algo así me sentía yo cuando era más joven, aun cuando nunca fui realmente pobre. Para mí la cuestión del dinero y la familia están mezcladas. Le ha hablado de eso a mi psicoanalista y ella lo entiende mejor que yo, pero yo todavía no sé por qué pienso así.

Sobre el cine colombiano contemporáneo

El tema del cine colombiano actualmente es bastante complicado. Estamos en un momento de la industria en que se hacen 20 o 25 películas al año, lo cual no era el caso hace 10 años, que se hacían 2 o 5. Y eso es muy bueno. Pero entre estas 20  o 25 películas, hay muy pocas buenas. Y sobre todo, no hay casi ninguna que el público colombiano quiera ir a ver. Están las grandes comedias, que son más televisión en pantalla grande, a las que todo el público asiste. Todas las últimas películas de autor son totalmente ignoradas y apenas consiguen tener entre 1.000 y 10.000 espectadores. Así las cosas, hay algo en la industria que tiene que cambiar. En Colombia no estamos acostumbrados a que el cine sea un medio de representación de nosotros mismos. La gente va al cine a divertirse. Y pienso que mi película, aunque entretenida, no es solo eso; es un espejo de la sociedad en la que vivimos y quise que fuera así, así que espero que cuando la gente vaya a verla, también pueda verla de esa forma.


Sobre las películas colombinas que lo han influenciado

Hay unas películas colombianas que me han marcado mucho y un director que admiro: Víctor Gaviria. Sus tres películas me interesan mucho, pero especialmente las dos primeras, Rodrigo D. no futuro (1990) y La vendedora de rosas (1998). Pienso que es un realizador muy importante tanto en la historia del cine de Colombia y Latinoamérica como en la del cine mundial. Creo que antes de él, no había nadie que saliera a filmar así en la calle, que tuviera ese interés tan particular. En él hay dos extremos opuestos: se interesa en el realismo y, al mismo tiempo, en lo onírico. Sus películas son como cuentos; no se trata de ir a filmar la realidad tal cual es, sino de sublimarla. Por ejemplo, La vendedora de rosas está inspirada en el cuento La vendedora de cerillas de Andersen. Y pues, en el documental, está evidentemente Luis Ospina con Agarrando pueblo (1977), que es muy interesante.

Pienso que hay muchas películas que se hacen hoy sobre los grandes temas en Colombia. Hablo del cine sobre el conflicto armado, la guerrilla, los paramilitares. Y creo que los realizadores que hacen esas películas no están realmente tan interesados en eso que están contando; tan solo parecen tener la impresión de tener un tema importante y, al final, eso se traduce en la superficialidad con que hablan de ello. Uno nunca termina con la sensación de haber conocido a un guerrillero o a un verdadero paramilitar o el conflicto o lo que es estar secuestrado. Eso requiere un trabajo de inmersión muy profundo o, tal vez, haber vivido eso de alguna manera. Por eso yo trato de tener parte en eso que cuento, de conocerlo bien.

Sobre sus expectativas con el público y Gente de bien

Gente de bien estrena en Colombia el 28 de mayo, dos meses después de su estreno en Francia. Desde ya creo que le irá mucho mejor en Francia que en Colombia, pues no hay tanto público interesado en películas como esta. Pero no hay público porque éste no ha sido construido, pues nadie se ha interesado en mostrar otras cosas a los colombianos; es decir, por iniciativa el público no desea ver películas de este estilo, no quieren ver películas colombianas que los represente así. Simplemente no están acostumbrados a hacerlo. Para que esto sea más común, se necesita a alguien encargado de la formación de públicos y, de hecho, ese alguien solo puede ser el Estado. Se debería empezar por dar más espacio en las salas al cine colombiano, obligar a que estas películas permanezcan, al menos, dos semanas en cartelera. Y hay otros tantos problemas como ese. Yo, por ejemplo, he tratado de hacer todo un evento en torno a la película, pero no sé con certeza si va a tener éxito o si va a tener el mismo destino que tantos de mis colegas y amigos, que apenas lograron 1,000 o 10,000 espectadores con películas que tuvieron enorme éxito en el extranjero. Por eso es importante que nosotros sigamos trabajando y que El perro que ladra continué con la labor que ha hecho para que Colombia sea reconocida en el exterior como un país de cine, como ya lo son Argentina o México.

Entrevista original en francés:

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